Comenzamos el Diplomado del año 2020 pensando en impartirlo una vez más de forma presencial. En Marzo comenzó el primer periodo de confinamiento en Chile, y si bien sabíamos que tardaríamos en retornar a la presencialidad, teníamos la añoranza de que en Junio, máximo Septiembre, ya nos podríamos reencontrar físicamente. Poco sabíamos de la extensión que tendría esta pandemia, y de las medidas de confinamiento requeridas que volverían imposible reunirnos presencialmente durante el impredecible 2020.

Ante un escenario incierto, comenzamos a repensar cómo transformar este programa de formación a un formato online -al menos para los primeros meses, barajando diversas posibilidades, plataformas y metodologías que podríamos utilizar; lo cual en sí mismo fue un proceso desafiante y de múltiples aprendizajes. Y esta transformación, y el impartir nuestro diplomado de forma online, terminó siendo el modo en que la totalidad del diplomado se llevó a cabo. Y funcionó.

Aprovechando las ventajas que ofrecía la modalidad online, pero a su vez valorando la importancia momentos sincrónicos para compartir, conversar, escucharnos, resolver dudas y realizar actividades; tomamos la decisión de reunir las mejores cualidades de ambos formatos: pregrabando videos para que estuviesen disponibles a nuestros estudiantes asincrónicamente, y a su vez demarcando un calendario de momentos sincrónicos de reunión donde, a pesar de estar a través de una pantalla, podíamos conocernos, reconocernos, compartir, y disfrutar de instancias de aprendizaje compartido.

Este funcionamiento, a su vez, permitió que más personas de zonas remotas del país pudiesen acceder a formación de gran calidad en temáticas de sexualidad y sexología, democratizando el acceso en términos geográficos, temporales, y volviendo realidad uno de nuestros grandes sueños de poder llegar a más rincones de Chile, y por qué no decirlo, del mundo.

Mes tras mes nos asombrábamos de que esta transformación estuviese realmente funcionando, y funcionando bien para nuestros estudiantes, con quienes mantuvimos una comunicación constante y a quienes mes a mes les solicitábamos activamente un feedback anónimo y voluntario sobre qué aspectos destacan positivamente, pero sobre todo en qué podíamos continuar mejorando especialmente en un contexto y formato tan inesperado.

Así, mes a mes fuimos implementando mejoras, refinamientos y optimizaciones para hacer de esta formación un espacio cada vez mejor y más humano entre tanta digitalización. Y por su valentía, comprensión, pasión y entrega durante todo el diplomado, le estamos muy agradecides a la generación 2020 y primera generación que vivencia nuestro diplomado en esta nueva modalidad.

Estamos profundamente felices, agradecides, y la verdad aún asombrades por todo lo que logramos conjuntamente entre estudiantes, docentes invitades y equipo ETSex, para llevar a cabo un programa de gran calidad, solidez ética, y que demuestra que nuevas formas amorosas de aprendizaje sí son posibles; resultando en una experiencia no sólo enriquecedora en conocimientos y habilidades técnicas, sino que transformadora en múltiples sentidos y profundamente inspiradora para los cambios que con tanta urgencia nuestro país necesita.

Si quieres saber más de nuestro Diplomado, te invitamos a explorar la sección dedicada a ello en este sitio web, y a escribirnos ante cualquier duda (: