Por Sergio Rivas Isla.

 

Cuarenta y cinco años han pasado para que este hito norteamericano se masificara y fuese conocido por una audiencia global: la batalla de tenis entre Billie Jean King y Bobby Riggs en el Estados Unidos de 1973. Un lucha deportiva donde lo más importante no fueron los puntajes obtenidos, sino como veremos a continuación, todo un subtexto de luchas de poder dentro de un contexto marcadamente machista y conservador.

Y esto fue lo primero y principal que me llamó la atención: el cómo el film (Dayton & Faris, 2018) retrata el patriarcado imperante en el mundo deportivo de una forma tan manifiesta, tan evidente, y tan naturalizada por muchos personajes, que llega a constituir un factor de humor negro dentro de la historia. Y es dentro de este marco que los sucesos se van desenvolviendo por parte de un grupo de tenistas mujeres y feministas, quienes abogan por una igualdad salarial y de reconocimiento en comparación a sus pares varones; viéndose enfrentadas a un gremio masculino que reconoce sus privilegios y que no está dispuesto, aún, a cederlos.

Pues de esto trata la historia: desmitificar los argumentos que defienden la disparidad salarial, no sólo por querer una paga justa, sino por algo mucho más trascendente: por una igualdad en la valoración del mismo trabajo, un mismo reconocimiento y status entre humanos donde la única diferencia radica en su sexo biológico y género asignado al nacer.

Por medio de un abordaje en profundidad de un caso histórico y emblemático, los creadores del filme no sólo nos van presentando los desafíos, oportunidades y determinantes sociales de estas personas que realmente existieron (y existen); sino que utilizándolo a modo de columna vertebral, nos invitan a extrapolarlo a otros rubros, contextos, y épocas… como la que vivimos hoy.

Y nunca mejor dicho el hoy, pues en la actual temporada de premiaciones de Hollywood (Globos de Oro y Oscar) una vez más las disparidades de género en la industria siguen vigentes (AR13, 2018), a pesar de todo lo que se ha estado trabajando por disminuir la brecha y denunciar abusos por la misma asimetría de poder.

Incluso, en nuestro contexto nacional, no sólo la brecha salarial por género –a un mismo nivel educativo entre hombres y mujeres- se mantiene, sino que esta aumenta a medida que se cuenta con más años de formación universitaria. Concretamente, “el ingreso promedio de las mujeres con educación universitaria es un 32,9% inferior al ingreso promedio de los hombres en iguales condiciones” (Maluk, 2018)., aumentando esta brecha “cuando hombres y mujeres cuentan con estudios de postgrado, alcanzando, los primeros, un 42,4% más de ingresos en promedio” (Maluk, 2018).

Lo que Billie Jean King y su equipo sostienen a lo largo de la película no es que otros netamente pierdan, sino el “nivelar la cancha” hacia arriba para que todos, sin importar nuestro sexo biológico o género, gocemos del mismo trato, reconocimiento y prestigio por nuestros logros respectivos; para que así los “privilegios” dejen de serlo como tales, y pasen a ser una condición mínima de trato humano… al no haber realmente razones para que ello no ocurra.

En una sociedad inclusiva en la que hemos abrazados la diversidad sexual me permito reflexionar, desde el profundo respeto, respecto al duelo que muchos padres de hijos trans viven una vez que sus hijos comienzan a vivir la identidad de género con la que se identifican, el “duelo” y la “pérdida” por la que transitan estos padres e inclusive estos niños trans.

 

TRAILER

Les compartimos el trailer, subtitulado al español:

 

REFERENCIAS

AR13. (2018). La igualdad de género, la asignatura pendiente de Hollywood. Recuperado de http://www.ar13.cl/magazine/la-igualdad-de-genero-la-asignatura-pendiente-de-hollywood

Colson, C., Boyle, D., Graf, R. (Productores), Dayton, J., Faris, V. (Directores) & Beaufoy, S. (Guionista). (2018). Battle of the Sexes [Película]. EE.UU.: Fox Searchlight Pictures.

Maluk, C. (2018). Brecha de género: cuando la educación no empareja la cancha. Recuperado de http://www.granvalparaiso.cl/opinion/brecha-de-genero-cuando-la-educacion-no-empareja-la-cancha/